El pasado jueves, 16 de julio, la Cámara Oficial de Comercio de España en Bélgica y Luxemburgo celebró un desayuno-debate con Barna Kovács, consejero de Agricultura, Bioeconomía, Investigación e Innovación, y con Carlos Aldereguía, adjunto de Pesca en la Representación Permanente de Hungría ante la UE. La ponencia versó sobre las prioridades de la Presidencia húngara en materia de Agricultura y Pesca.

El evento comenzó con una breve intervención por parte del presidente de la Cámara, Pablo López-Alvarez, que presentó a los ponentes y enmarcó el evento en el inicio de la Presidencia húngara del Consejo de la UE.

Como en anteriores ocasiones, la Cámara busca seguir de cerca la actualidad de la presidencia húngara para ofrecer a sus socios la oportunidad de conocer las prioridades de agenda de la mano de los propios consejeros.

El consejero Kovács, que es también secretario general de la iniciativa BIOEAST, que busca fomentar la investigación agrícola a través de una alianza estratégica de once países de Europa del Este, dio varias claves en materia de agricultura desde la perspectiva húngara.

En ese sentido, explicó que el mundo agrícola de dicha región sigue utilizando técnicas y tecnología tradicional, desfasada para los estándares europeos modernos. El enfoque con el que BIOEAST busca solventar esta disparidad, pasa por introducir a Europa del Este directamente a la vanguardia de la innovación agrícola con la idea de modernizar el sector de forma radical.

Una Europa autosuficiente

Además, Kovács recordó que el contexto geopolítico actual ha interrumpido las cadenas de suministro globales. Por ello, uno de los principales temas sobre la mesa es propiciar la transición hacia una Europa más autosuficiente, priorizando la seguridad alimentaria.

En materia de pesca, Carlos Aldereguía contextualizó que el sector supone menos del 1% del producto interior bruto de Hungría. A pesar de ello, es motor de la llamada “economía azul” en toda Europa, y como principal prioridad de la Presidencia húngara, Aldereguía mencionó la intención de potenciar el sector de la acuicultura.

“El impacto medioambiental de la acuicultura es mínimo”, aseguró el ponente, defendiendo la posición de que, aunque los productos de la acuicultura no tienen la mejor reputación, “no existen criterios objetivos para que esto sea así”.

Tras la ponencia, se abrió tanda de preguntas y respuestas en la que los asistentes plantearon cuestiones relacionadas con la escalabilidad industrial en materia de agricultura o con la inversión en mercados de capital como solución a la carencia de tecnologías en Europa del Este.